Segundo LP de Nino Bravo, lanzado por Fonogram en abril de 1971. Contiene, además de los temas incluidos en el sencillo 'Puerta de amor - Perdona', diez canciones más compuestas por grandes músicos de la talla de Pablo Herrero, José Luis Armenteros, Manuel de la Calva, Ramón Arcusa o Fernando Arbex.
Los temas 'Puerta de amor', 'Perdona', 'Elizabeth' y 'El adiós' fueron grabados en 1970, mientras que los 8 restantes se grabaron en los tres primeros meses de 1971. El disco, que contaba con una doble portada, mostraba en su cubierta a Nino Bravo en plena actuación, reforzando así la imagen de cantante con voz potente que la discográfica quería mostrar al público.
Al igual que en su primer LP, la crítica española no fue especialmente benévola con las nuevas grabaciones del intérprete valenciano, y más concretamente con el repertorio elegido, aún a pesar del éxito del que gozaban sus canciones. Lo anterior se pone de manifiesto en el siguiente artículo, publicado en el diario La Vanguardia:
'Cuando un artista llega a situarse en un plano de acierto y de vasta aceptación popular como Nino Bravo actualmente, tiene el derecho (o la obligación, según desde donde se mire) de producir un disco 'long play' pensado y realizado con mayor atención. Me explicaré: un disco 'larga duración' se puede hacer, fundamentalmente, de dos maneras: acumulando grabaciones, una a una, hasta sumar doce, o bien planificando un contenido de constitución unitaria, con un objetivo, un esquema determinado [...].
El disco de Nino Bravo, que acaba de publicar 'Polydor', está hecho con arreglo al viejo sistema. No hay en él una raíz unitaria y aunque no se trata de obras ya editadas en disco 'single', el resultado es el mismo porque se han reunido aquí una docena de canciones diferentes, de autores diversos, instrumentadas también diferentemente, sin ligazón alguna. La mitad de estas canciones podrían sustituirse por otras y el disco no cambiaría su aspecto. En otras palabras, no es una novela; es una colección de cuentos. Y a estas alturas, y tratándose de Nino Bravo, es lástima. Porque con él se pueden lograr productos fonográficos planeados con más enjundia [...].